Sunday, July 13, 2025

La didáctica como elemento de reflexión sobre la praxis educativa




La didáctica, como disciplina educativa, no puede mantenerse al margen de la realidad. ​ Su esencia radica en la interacción constante entre teoría y práctica, en un proceso cíclico que permite comprender y transformar la educación desde una perspectiva reflexiva. ​ En este sentido, la didáctica no solo aporta herramientas para intervenir en la praxis educativa, sino que también se nutre de ella para construir y enriquecer su cuerpo teórico. 

La simbiosis entre teoría y práctica

Uno de los aspectos más relevantes de la didáctica es su capacidad para integrar teoría y práctica en un diálogo constante. ​ La teoría, lejos de ser un conjunto de conceptos abstractos, tiene como objetivo facilitar la comprensión de la realidad educativa. ​ Por otro lado, la práctica no es simplemente la aplicación de conocimientos teóricos, sino un proceso dinámico de construcción de significados que favorece la interacción social y el aprendizaje.

Autores como Schön, Elliott, Carr y Kemmis han destacado la importancia de esta relación entre teoría y práctica. ​ Según ellos, la práctica educativa no puede ser efectiva si se desvincula de un marco teórico sólido, y la teoría pierde relevancia si no se conecta con la realidad de la enseñanza. ​ En este sentido, la didáctica se convierte en una disciplina "práxica", donde la teoría y la práctica se retroalimentan mutuamente.

La investigación educativa, especialmente la investigación-acción, juega un papel fundamental en este proceso. ​ Este enfoque permite recopilar, analizar y tomar decisiones sobre la práctica educativa, generando evidencias que enriquecen la teoría y, a su vez, orientan la intervención pedagógica.

Reflexión sobre la praxis educativa 



La didáctica nos invita a reflexionar sobre nuestra praxis educativa, entendida como el conjunto de acciones, decisiones y relaciones que configuran el proceso de enseñanza-aprendizaje. ​ Esta reflexión no solo debe centrarse en los contenidos y métodos de enseñanza, sino también en los valores, creencias y contextos que influyen en nuestra práctica.

En este sentido, la didáctica nos ayuda a identificar elementos clave que orientan nuestras acciones, como los objetivos educativos, las necesidades de los estudiantes, el contexto social y cultural, y las interacciones que se producen en el aula. ​ Esta mirada reflexiva permite diseñar estrategias pedagógicas más efectivas y adaptadas a la realidad de cada estudiante.

Además, la didáctica nos recuerda que la enseñanza no puede ser rígida ni estática. ​ La improvisación, lejos de ser un signo de falta de profesionalismo, se convierte en una herramienta valiosa para responder a las necesidades emergentes de los estudiantes y del contexto. ​ Como señalaba Stenhouse, los docentes, al igual que los artistas, requieren de una gran cantidad de saberes y de una constante capacidad de aprendizaje para enriquecer su práctica diaria.

La didáctica como construcción social 



La práctica educativa no se desarrolla en un vacío, sino en un contexto social, político y cultural que influye en sus objetivos y métodos. ​ Por ello, la didáctica debe ser entendida como una construcción social, donde las interacciones, emociones y experiencias de los estudiantes y docentes juegan un papel central.

La didáctica, desde esta perspectiva, no solo busca mejorar los aprendizajes individuales, sino también contribuir al desarrollo colectivo. ​ Esto implica promover valores como la empatía, la colaboración y el compromiso social, que son esenciales para construir una sociedad más justa y equitativa.

Reflexión:

La didáctica, como elemento de reflexión sobre la praxis educativa, nos invita a repensar nuestra labor docente desde una perspectiva crítica y transformadora. ​ Nos recuerda que la enseñanza no es solo transmitir conocimientos, sino construir significados, fomentar valores y generar cambios positivos en la sociedad.

En este proceso, la teoría y la práctica deben caminar juntas, en un diálogo constante que permita comprender y transformar la realidad educativa. ​ Solo así podremos diseñar estrategias pedagógicas que respondan a las necesidades de nuestros estudiantes y contribuyan a su desarrollo integral.

La didáctica no es solo una disciplina educativa; es una herramienta para reflexionar, transformar y construir. ​ ¿Cómo podemos aplicar esta mirada en nuestra práctica docente? La respuesta está en observar, reflexionar y actuar con compromiso y creatividad.


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